Hola!!!
Hoy les contaré de un cliente que no habla muy bien el español e intenta darse a entender, con mímica. Lo que lo hace peculiar para nosotras, es que para comenzar, es de poca estatura, un poco calvo y regordete, con ojos grandes y muy redondos; su nariz y boca son más bien pequeñas.
Bueno, cuando lo atendí por primera vez, me pidió un café para él y una botella con agua para su perro (me pareció extraño, pero era cierto). Luego, al parecer tenía hambre y como no sabía pedir, solo me señaló con el dedo, que le apetecía lo que le había servido al joven de la mesa contigua, que era pan tostado con mantequilla y mermelada.
Pasaron los días y casualmente, la historia se repetía. Cuando se lo comentamos a mi esposo, no me creía; de manera que cuando vino a ver un partido de foot ball (se usa que en el medio tiempo pidan algo de cenar), el hombre me anticipò que no se encontraba bien del estómago y solo quería un té rojo de frutas del bosque; así pasaron los primeros 20 minutos del partido, hasta que se sentaron a su lado, unos niños que pidieron un gofre (waffle) con nata y chocolate; y como si él fuera otro niño, me hizo la clásica señal de que por favor, por favor a él también. Pero lo curioso es cómo se expresa con los ojos, levantando las cejas y sacando la lengua sobresaliendo en su labio superior y luego cierra los ojos como si ya se lo hubiese comido y le gustara mucho (pero apenas lo está pidiendo!!!). De manera que cuando terminó, le retiré el plato y creí que como me había comentado lo de su malestar estomacal, ya no pediría nada más. Tranquilamente mi hija y yo, nos pusimos a atender a las demás personas que nos pedían bocadillos, hamburguesas, etc. etc. y entre ellos, mi esposo nos pide un bocadillo de jamón serrano a la plancha, con un poco de tomate (jitomate) rayado y un chorrito de aceite de oliva. Cuando le sirvo el bocadillo, le puse también una caña de cerveza; pero para comprobar mi teoría (acerca de que se le antojaba todo lo que veía), le pedí con toda premeditación, que se sentara en una mesa donde el hombrecito lo pudiera ver; incrédulo (especialmente porque lo vió que se acababa de comer un gofre), mi marido siguió mis instrucciones y en menos de dos minutos, el hombre en cuestión, como resorte se levantó de su asiento para acercarse a la barra y ponerse frente a nosotras, haciendo un ademán con las manos, señalando el bocadillo de mi esposo, como quien quiere tomar medidas del pan del bocadillo y juntaba y separaba las manos dando a entender; un bocadillo es muy grande? y si pido sólamente medio será poco? Así que tomando en cuenta su anterior ingesta, le sugerí que pidiera medio. Entonces, hizo como si lo tiviera en las manos y "le dió un bocado al aire" y mientras "masticaba el aire", le expliqué los ingredientes; ¡ Abrió semejantes ojos, apretó los labios, pasó saliva. cerró sus ojos sacando un poco la lengua, y en perfecto español, exclamó: Huyyyy ´queee Ricoooo. Lo quiero completo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! No lo podíamos creer!!!!! nos dió mucha risa a las dos, en especial cuando vimos la expresión en la cara de mi esposo, como diciendo: cayó en tus redes, malvada!!!!
El problema fué cuando me volteó a ver mi hija diciéndome entre dientes: "ya no hay jamón". A lo que yo le contesté: No te preocupes!!! prepáraselo de pollo con mayoneza, lechuga y tomate (jitomate); total, el de jamón ya se lo comió. jajajaja.
Efectivamente mi hija se lo preparó; yo se lo serví; él con singular alegría se lo comió. Pero mi esposo, verdaderamente, Alucinó.
El caso es que siempre, pero siempre, pide lo de las mesas de al lado, hace el ademán de que se lo come, lo saborea, le gusta y luego lo pide.
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