Comenzaré explicando, que en España no se concibe llegar a casa después de una feria o fiesta, sin haber tomado porras con chocolate en un puesto ambulante, o en una churrería. Sin embargo, debo confesar que cuando venía a España de vacaciones, por complacer a mi esposo e hija, estuve infinidad de ocasiones en un establecimiento de estos, sin que me causara singular alegría este tipo de desayuno. De tal suerte, que cuando la idea de abrir un negocio rondaba por nuestras cabezas, como nota curiosa, al mismo tiempo que yo dije: una cafetería, mi esposo dijo: Una churreria!!!! Nuestra hija fué quien dijo la última palabra y propuso: Una Cafetería-Churrería. Pero como ella no podía ser menos, añadió: Y...Heladería!!!!!!
Aunque no lo crean, llevamos a cabo la idea y pusimos una Caferería-Churreria-Heladería. Jajajaja.
Digo, para ser unos novatos en el negocio, pero todos unos expertos clientes de las buenas cafeterías en las que pasábamos horas y horas, decidimos iniciarnos como empresarios; total nunca habíamos visto una barra por detrás, pero creíamos que no tenía que ser tan complicado pues quién no tiene una cafeteria cerca de casa, del colegio de los niños, de la universidad, del hospital, etc. ("sin duda, es un negocio facil" -pensamos- total, abramos con visión de clientes que hemos sido por muchos años).
Contratamos a un chico que nos dijo que sabía hacer churros, pues había trbajado en una de gran renombre. En el menú, inocentemente mi hija y yo, pusimos precios por ración de 4 unidades y su precio. sin embargo, quisimos vernos flexibles y creíamos que tal vez nos podrían pedir una ración y media, o simplemente media ración; por lo que cuando compramos vajilla, nos emacionamos comprando unos preciosos platos ovalados exquisitamente decorados, azucareras con diseño,etc. etc.
Pero NUNCA pensamos que tal vez, nos pidieran churros, porras y chocolate PARA LLEVAR.
Se llega el día de la apertura, la gente formada afuera, como cuando se espera el día de las rebajas, o como quien quiere llevarse un premio por el simple hecho de ser de los primeros 5 clientes que entran y su consumo será gratis, así se sentía el ambiente. Se podrán imaginar los nervios que sentíamos nosotros; pues en el fondo, solo nosotros sabíamos que eramos inexpertos y que no sabíamos ni preparar más que un café con leche o un cortado.
Cuando abrimos, Se dejan venir como avalancha y todos pedían por número!!! o sea: 19 porras y 15 churros para LLevar...40 porras y 13 churros son 3 chocolates para llevar!!!
Luego, con la novedad, TODOS se amontonaban con expectación a ver trabajar al churrero! pues es algo que da gusto hacer "cuando el churrero domina su oficio" pero éste, precisamente, no era el caso.
Al nerviosísimo hombre, se le caían los palillos para dar la vuelta a las porras, la masa de los churros se le escurría y caía a chorros hasta el suelo!!! eso, sin mencionar el sudor que brotaba de su frente, su nariz, bigote y creo que hasta de las pestañas!
Cierren por un momento los ojos e imagínense la escena. Vean los ojos y las caras de todos su espectadores, de mi esposo tan escrupuloso como es; y para rematar, Mi sacrosanta hija y yo, no sabíamos dónde meter la cara de vergüenza!! pues nunca compramos envases para el chocolate ni bolsas ni papel especial. Eso si!!! no podíamos dejar ir al cliente. Se los envolvimos en papel de aluminio y para rematar, para que no lo llevaran en la mano, se los poníamos dentro de bolsas que fuimos guardando de compras que hicimos en el supermercado en los dias anteriores y que habíamos arrugado. Bueno, bueno. aquello fué Un Desastre!!!!!. como para hechar el cierre y no abrir nunca más. como para decir: Apaga y vámonosssss.
Lo más increíble de todo, fué que al día siguiente volvieron a ir a nuestra cafetería y volvieron a pedir churros y porras pero ahora para tomar en una mesa y no para llevar.
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